En esta semana tormentosa para el oficialismo tucumano, algunos dirigentes de trayectoria, legisladores e intendentes están tratando de tender puentes entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, para evitar la ruptura total dentro del Partido Justicialista. Sin embargo, algunos de los que participan en esas cumbres consideran que la situación es difícil, ya que hay otro sector que está analizando la posibilidad de subirse a las Primarias Abiertas, Solidarias y Obligatorias (PASO), una iniciativa que el mismo Manzur viene promoviendo su suspensión a nivel nacional.
Votaciones en el recinto: Manzur se quedó con menos de un tercio de los legisladoresLos teléfonos celulares están al rojo vivo. La idea que más consenso tiene entre estos referentes, según pudo establecer LAGACETA.COM de varias fuentes que participan de las charlas, es que todos se llamen a silencio tras la elección que proclamó a Eduardo "Lalo" Cobos como ombudsman, en contra de la postura del mandatario, y que "se ponga un bozal" a aquellos que aún incitan al quiebre, de uno y de otro lado del mostrador oficialista.
"La bomba ya estalló; lo importante hoy es bajar los decibeles en las discusiones porque todo el PJ está aturdido", dijo un dirigente del oeste tucumano. Otros, del otro lado de la provincia, coincidieron que -previo a la votación que quebró al bloque legislativo del Frente de Todos- fallaron los operadores y que se distorsionó el mensaje oficialista.
Más frío tras el cruce de declaraciones entre los dos sectores en pugna, otro dirigente de peso en la alianza del Frente de Todos dijo que lo más conveniente, en estos momentos, es que la dirigencia haga un mea culpa y asuma sus responsabilidades rápidamente "para salir de las burbujas que pusieron en cuarentena al proyecto peronista" y volver a los carriles naturales para encarrilar la gestión y la campaña electoral.
En el PJ, legisladores, intendentes, comisionados rurales, funcionarios y hasta dirigentes de trayectoria tratan de evitar las reuniones masivas, no sólo por las cuestiones de distanciamiento social y obligatorio por efecto de la pandemia, sino también por la lectura política que las dos principales cabezas de poderes pueden interpretar a esas cumbres. Hoy todos desconfían de todos. Sin embargo, hay un hilo conductor para avanzar la recomposición de las relaciones entre el número 1 y el número 2 de la provincia: la proyección nacional que tiene este año Manzur y el complemento que realiza Jaldo en la provincia, de contención a la dirigencia del interior, sumado a su exposición en el Parlamento del NOA.
"Aquí, lo importante, es garantizar el triunfo de la gestión del presidente Alberto Fernández y del gobernador en las elecciones que se vienen", sintetizó un legislador que habla con Manzur y con Jaldo. "Después de la votación no hubo ganadores, sino que todos perdimos, porque la sensación de luto es general", completó.
Los históricos caciques del peronismo están activos. Tratan de evitar que la sangre no llegue al río, en una disputa anticipada por espacios de poder más allá de 2023. Ellos procuran que Manzur y Jaldo firmen una tregua, aunque saben que la relación entre ambos no será la misma que antes.